En el mundo actual, es fundamental para las empresas poder captar el interés de sus clientes y demás stakeholders en las redes sociales de una manera creativa, impactante y, sobre todo, inmediata. Es por ello que, sin importar tamaño o sector económico, son cada vez más las industrias que requieren de diseñadores gráficos para lograr su éxito en medios digitales.
El mercado del diseño gráfico logró un valor de alrededor de 45,800 millones de dólares a escala mundial en el año 2021.
Informe por IBISWorld
Esto deja clara la demanda que tiene esta profesión y las personas que la ejercen, por la manera en que pueden aportar a los negocios con su capacidad creativa, habilidad visual y comunicación efectiva.
No obstante, el alto grado de demanda también ha generado mayor competitividad, la cual incentiva a que los profesionales del diseño gráfico busquen nuevas herramientas para seguir creciendo, y aquí es donde entra a tallar la inteligencia artificial (IA).
Y es lógico, la convergencia entre la creatividad humana y la potencia de lo que puede ofrecer la IA ha venido desatando una ola de innovación y eficiencia en diferentes campos, y el diseño gráfico no es la excepción, ¿pero de qué manera lo ha hecho?
Desde la optimización hasta la automatización de flujos de trabajo, la IA se ha convertido en una herramienta que brinda soporte a muchos diseñadores gráficos que buscan alcanzar nuevas cimas de productividad y creatividad. Uno de sus aspectos más notables es su capacidad de facilitar tareas repetitivas y tediosas. Esto libera a los diseñadores de la carga de trabajo rutinaria, permitiéndoles concentrarse en tareas creativas, estratégicas y por supuesto, reforzar la creación de diseños auténticos (Rico, 2020).
Ahora, es importante resaltar que si bien la IA no reemplaza la creatividad humana, sí puede ser usada por los diseñadores como instrumento de optimización; es decir, la integración exitosa de la IA en el diseño gráfico se basa en equilibrar de manera óptima la tecnología y la creatividad, para ofrecer resultados asombrosos de manera efectiva y ética.
Como una de las posibilidades que nos ofrece la IA en el campo del Diseño Gráfico podemos mencionar, por ejemplo, el retoque automático, que hace posible pulir y corregir errores en material fotográfico con unos cuantos comandos. Así, una tarea que hace algunos años probablemente al promedio de diseñadores le podía tomar un tiempo prolongado, hoy en día es fácil y rápida de realizar.
Con la IA se pueden aplicar ajustes de contraste, brillo, saturación e inclusive recorte de imágenes, todo ello en segundos, de manera precisa, intuitiva e inteligente (Orjuela, 2023). La automatización de esta tarea no solo implica un ahorro de tiempo, sino también un apoyo para reducir al máximo los errores humanos, volviendo el trabajo más pulido y eficiente.
Otra posibilidad, entendiendo a la IA como una herramienta no solo exclusivamente creativa, es la de análisis de datos y tendencias, que permite obtener insights basados en datos que orienten las decisiones creativas de los diseñadores, permitiendo la creación de diseños que se ajusten mejor a las preferencias del cliente y del público objetivo (Orjuela, 2023). Eso, sin lugar a dudas, representa un nuevo nivel de precisión a la hora de entregar mensajes visuales, que se respaldan por datos de comportamiento del usuario y métricas de rendimiento que mejoran la efectividad de cualquier pieza.
En conclusión, la inteligencia artificial es un protagonista de la revolución creativa en el diseño gráfico. Si aprendemos a combinar el intelecto y creatividad humana con la precisión mecánica de la IA, las posibilidades son infinitas. Por ello, será importante que los diseñadores no rechacen el apoyo que las nuevas tecnologías puedan brindarles, sino más bien las acoplen a su rutina de trabajo para seguir impulsando su innovación y creatividad en sus trabajos profesionales, traduciéndose en piezas gráficas que se conviertan en soluciones visuales de alto impacto.
La IA ha llegado, y está cambiando las reglas del juego en el diseño gráfico…